lunes, 11 de enero de 2010

Marion, dice que se llama Marion / parte 2

Marion, me jaló hacia ella y me murmuró al oido: tienes todo el tiempo para platicar con tus amigos, no seas pendejo y prestame atención. Después me dió un beso en la mejilla.
¿A qué te dedicas? preguntó .
- Escribo, escribo sobre la vida de los demás.
- ¿Y porqué no escribes sobre la tuya? ¿No sería más fácil?.
- Debe ser porque es aburrida, o quizá si lo hago, ya que mi vida se alimenta de las historias ajenas.
- ¿Cuál es tu nombre chico aburrido?. Ahora pareciera que Marion me entrevistaba a mi.
- Alex, me llamo Alex, pero tu llamamé Juan. Solté una carcajada.
- Me tomó de la mano y con su mirada fija en mis ojos pregunto:¿De qué te ries mi amor?, es el chiste más pendejo que haya escuchado.

Seguí riendo y con una voz pausada, repliqué: Es sólo una especie de crítica al no querer decirme tu nombre, pero eso no me importa, entiendo perfectamente el juego de los puteros. Los clientes y las bailarinas intentan sacar ventaja uno del otro y cuando consiguen lo que quieren, el tema del nombre, es el menos importante.

Tomé mi vaso de bourbon y le dí otro sorbo. Miré alrededor evitando el contacto visual con ella. Se sintío un silencio incomodo.
Al parecer Marion entendío perfectamente que no me interesaba el jueguito del putero.

Después de un rato me dijo en voz baja: "Me llamo xxxxxxxxx" y tengo veinticinco años.
- ¿Porqué me dijiste tu nombre?
- Porque fuiste honesto y tu me dijiste el tuyo.
La mire fijamente y con una sonrisa en la cara le pregunté: A ver, ¿Cómo me llamo?
- ¡Juan!- respondio guiñandome el ojo. Los dos soltamos una carcajada.
- Perfecto para ti seré Juan. En lo personal me gusta más el nombre de Marion, ¿hay algún problema si te llamo por tu nombre artístico?.
- No, también me gusta más, respondió.

Al parecer se había roto el hielo. La comunicación entre nosotros era más abierta y relajada.
De la nada, apareció el mesero y me volvió a preguntar: ¿Quiere invitarle un trago a la damita ?
- ¡Ya le dije que no!. ¡Cuando le quiera invitar un trago a la chica, le aviso!.
El mesero dió media vuelta y se retiró.

Marion me miro y con una voz dulce dijo: ¿Porqué no me quieres invitar un trago? o de menos, pagame un baile privado.
- Pensé que habías entendido que no me interesa jugar el jueguito, solamente vengo a acompañar a mis amigos, nunca he pagado por compañía, y creeme, esta no va a ser la primera vez.
- ¡Ah! entonces eres gay - afirmó.
- No, no soy gay.
- Entonces, no te gusto.
La miré y con una cara desencajada le respondí: ¿Porqué todas las mujeres dicen lo mismo?. El que no quiera pagarte un trago o un baile, no implica que me gustes o no. Ya te lo dije, no me gusta este jueguito. Si quieres que te invite algo, con mucho gusto te invito un café, fuera de tus horarios de trabajo, y creeme que no es una oferta sexual.
Se levanto rápidamente de la silla y grito: Si, si eres puto. Seguramente te cojes a tus amigos. Pinche maricón de mierda. Se dió la vuelta y se fue.

La seguí con la mirada, y por primera vez en mi vida observé como una mujer puede dominar unos zapatos con plataformas de quince centimetros.

Mis amigos y las bailarinas que estaban con ellos, se burlaron de mi. Eres puto, eres puto, me decían entre risas. No me quedó más remedio que seguir tomando de mi bourbon.

1 comentario:

  1. No, no eres puto, ni putero, sólo puteas y te putoneas, a veces! Que gusto ver tus palabras por estos lugares! Un besito!

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